«La persona que haya tenido que ver con alguna forma de choque práctico entre los intereses y emociones de cinco o seis seres humanos cualesquiera, seguramente tiene que estar convencida de esto: que sería necesaria la pluma de Balzac para describir adecuadamente sus caracteres, que haría falta la caridad ética de Herbert Spencer para definir sus planteamientos y que solo Shakespeare podría interpretar sus emociones».
G.K. Chesterton, Los libros, la locura y otros ensayos.
Traducido por Guillermo Blanco.