Li guijun
«Esperé. Pero no dijo nada. Sus ojos, que mientras yo leía estaban fijos en mí, permanecían ahora cerrados. Comprendía que estaba mirando intensamente dentro de sí mismo, para comprobar quizá el efecto producido por las palabras que yo acababa de pronunciar».
Pierre Minet, La derrota.
Traducido por Julio Monteverde.