Los cuadernos de Vogli

«Pertenezco a esa parte de la humanidad —una minoría a escala planetaria pero creo que una mayoría entre mi público— que pasa gran parte de sus horas de vigilia en un mundo especial, un mundo hecho de líneas horizontales en el que las palabras van una detrás de otra y en el que cada frase y cada punto y aparte ocupan su lugar debido: un mundo que puede ser muy rico, quizá incluso más rico que el no escrito, pero que, en cualquier caso, requiere cierto trato especial para situarse dentro de él».

Italo Calvino

Rafal Olbinski

Sombra de mí
«Bien sé yo que esta imagen
fija siempre en la mente
no eres tú, sino sombra
del amor que en mi existe
antes que el tiempo acabe.
Mi amor así visible me pareces,
por mi dotado de esa gracia misma
que me hace sufrir, llorar, desesperarme
de todo a veces, mientras otras
me levanta hasta el cielo en nuestra vida,
sintiendo las dulzuras que se guardan
sólo a los elegidos tras el mundo.
Y aunque conozco eso, luego pienso
que sin tí, sin el raro pretexto que me diste,
mi amor, que afuera está con su ternura,
allá dentro de mí hoy seguiría
dormido todavía y a la espera de alguien, que a su llamada
le hiciera al fin latir gozosamente.
Entonces te doy gracias y te digo:
Para esto vine al mundo, y a esperarte,
para vivir por ti, como tu vives
por mí, aunque no lo sepas,
por este amor tan hondo que te tengo».
Luis Cernuda, Sombra de mí.