Edvard Munch, Portrait of Friedrich Nietzsche.1906. Munch-museet, Oslo.
«¿Puedes imaginártelo? Después de todos los interrogantes con que debió lidiar, las cosas complejas, universales sobre las que había cavilado y escrito, fue un caballo lo que le dejó para el arrastre: un estúpido caballo. Su propietario, cochero, carretero o lo que fuese, continuó, lo estaba azotando; y Kierkegaard o Nietzsche o quien fuese presenció ese acto de crueldad y se le fue la cabeza, se volvió loco. Nunca volvió a escribir otro libro».
Tom McCarthy, Satin Island.