Giorgio de Chirico, L’enigma di una giornata (II) . 1914. Museo d’arte contemporanea dell’Università di San Paolo.
«¿Cuántos de los andrajosos trabajadores que pasan por su lado en la calle son los autores secretos de obras que les sobrevivirán: carreteras, muros, torres metálicas? Al fin y al cabo, una clase de inmortalidad, una inmortalidad limitada, no es tan difícil de lograr. ¿Por qué insiste entonces en inscribir unas marcas en papel, con la leve esperanza de que personas que aún no han nacido se tomen la molestia de descifrarlas?».
J.M. Coetzee, El verano.