Marcel Duchamp. Nu [esquisse], jeune homme triste dans un train, 1911-12.
«Dijiste que no me abandonarías nunca.Lo sé. Perdona. Te llevo en mi corazón. Como te he llevado siempre. Eres el mejor que conozco. Siempre lo has sido. Aunque yo no esté tú puedes seguir hablándome. Puedes hablarme y yo te hablaré a ti. Ya verás.¿Te oiré?Sí. Claro que sí. Tienes que hacer como si imaginaras que hablamos. Y me oirás. Tienes que practicar. No te rindas nunca. ¿Vale?Vale.Vale.Tengo mucho miedo, papá.Lo sé. Pero no te pasará nada. Tendrás suerte. Estoy convencido. No puedo hablar más. Voy a empezar a toser otra vez.Está bien, papá. No hace falta que hables. Está bien».
Cormac McCarthy. La carretera.